Los amigonianos nos unimos a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y mostramos nuestra cercanía a todos los hombres, mujeres y niños que viven en Ucrania y en todos los países heridos por las guerras o por enfrentamientos y actos de violencia internos.
Confiamos a María, nuestra Madre, el sufrimiento, la vida y la muerte de tantas personas que se ven afectadas por el horror y la insensatez de la guerra y hacemos nuestro el llamamiento del Papa Francisco a hacer mañana, 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz.
Creemos en el poder de la oración y rezamos para que cese la guerra, para que el amor reemplace al odio, la solidaridad a la indiferencia y para que el diálogo sea más fuerte que las armas.