Ser religioso
- Si buscas algo más, si tu vida no termina de satisfacerte, si sientes que algo en ella no tiene plenitud...
- Si te cuesta hablar de esto con la gente cercana, con tu grupo de fe, con algún sacerdote o religioso...
- Si te haces preguntas y no sabes cómo afrontarlas... Quizá estés sintiendo que Dios te llama a la vida religiosa.
Estas son las etapas formativas para ser religioso amigoniano:
Aspirantado
Es el primer acompañamiento que se realiza con una persona que quiere averiguar el proyecto que tiene Dios para su vida como laico, como religioso o como sacerdote. Es Dios quien llama a los hombres y mujeres a vivir siguiendo a Jesús según el estilo de Luis Amigó.
Este acompañamiento se puede realizar desde tu casa o cerca de una comunidad religiosa que te acompaña o, incluso, viviendo con ella. Si crees descubrir que Dios te llama a la vida religiosa, ya estás preparado para iniciar otra etapa: el postulantado.
Postulantado
En esta etapa comienzas a vivir en una comunidad religiosa y continúas tu proceso de discernimiento. Compartes con los religiosos su vida, su trabajo o apostolado y la oración. Así, puedes aclararte mejor y comienzas a asumir la identidad de los religiosos amigonianos. El postulantado se prolonga al menos durante seis meses y un religioso te acompaña de manera especial. Si quieres continuar, comienzas el noviciado.
Noviciado
Esta es la etapa de iniciación a la vida religiosa más intensa. Es un tiempo para estar más cerca de Dios a través de la oración y continúas compartiendo tu vida con una comunidad. Es tiempo para conocer en profundidad el carisma y qué supone ser religioso amigoniano en el mundo de hoy. Te inicias en la teología de la vida consagrada y la vivencia de los votos (pobreza, castidad y obediencia).
Este periodo es de al menos un año, tiempo durante el que tú confirmas si estás llamado a la vida religiosa y la congregación discierne si eres apto para esta opción. Si es así, realizas los votos temporales e inicias una nueva etapa: el juniorado.
Juniorado
Esta es la última etapa y dura entre tres y seis años, en los que vas renovando los votos anualmente. Este tiempo permite que tu respuesta al Señor sea cada vez más libre, más madura, más consciente y más dichosa. En este periodo sigues formándote y estudias teología y otras disciplinas (pedagogía, psicología, etc.) acordes con el ser amigoniano.
También es tiempo para realizar actividades pastorales dentro de nuestro carisma, con la cercanía a los jóvenes más desvalidos y excluidos. Esta etapa finaliza cuando realizas tu profesión perpetua, que marca tu incorporación definitiva a la congregación de los religiosos amigonianos.