La pastoral vocacional con los jóvenes aspirantes de Costa de Marfil y Benín

Por Noelia García

El aspirantado es la primera de las etapas formativas que sigue cualquier persona que tenga vocación a la vida religiosa. Es el primer acompañamiento, de una manera personalizada, para conocer de primera mano cómo es la vida comunitaria.

En nuestras comunidades de África, más de cuarenta jóvenes, de entre 18 y 26 años de edad, están realizando esta etapa formativa. En Benín se está realizando el seguimiento personal a 23 jóvenes, 8 de ellos procedentes de Togo. Tras este período de seguimiento personal, que dura al menos seis meses, nueve de ellos están viviendo ya la experiencia comunitaria.

“Nos conocen a través de los encuentros vocacionales y de la semana vocacional. Los que piden un seguimiento personal viven con nosotros el Triduo Pascual y los que están interesados piden un tiempo de experiencia en nuestra comunidad para un mayor conocimiento de la vida comunitaria”, explican los responsables de pastoral vocacional de la comunidad Mártires Amigonianos de Abomey-Calavi (Benín).

Este tiempo de experiencia en la comunidad también es personalizado, y cada aspirante lo comienza atendiendo a su proceso personal y vocacional. “Lo importante en este tiempo es comenzar a conocer la comunidad y tener momentos de vida compartida, aunque no comparten con la comunidad todos los momentos de oración o de encuentro”, añaden.

En Costa de Marfil, las dos comunidades tienen también 23 aspirantes. Aunque la mayoría vienen de la ciudad de Abiyán, también hay aspirantes del interior del país y de otros países: dos proceden de Ghana y cuatro de Burkina Faso.

“Para llevar a cabo esta pastoral vocacional con los aspirantes, hemos puesto en marcha varias actividades”, relata Fr. Sylvestre HOUNGBO, promotor vocacional en Costa de Marfil. “Todos los últimos domingos celebramos un encuentro con todos los aspirantes en la comunidad Buen Pastor y también visitamos parroquias vecinas y de otras diócesis y participamos en sus actividades vocacionales, además de estar en contacto con los aspirantes que viven en la Universidad Houphouët Boigny de Cocody”, indica.  

En Costa de Marfil, la etapa del aspirantado se lleva a cabo en la recién creada comunidad del Buen Pastor, aunque la comunidad Luis Amigó también tiene tres aspirantes en seguimiento especial. Es en la comunidad Buen Pastor donde los aspirantes tienen sus experiencias comunitarias, para conocer la comunidad e impregnarse de la misión y espiritualidad amigoniana. Y esta experiencia comunitaria se completa con las visitas de los religiosos a las familias de estos jóvenes. “Estas visitas nos permiten entrar en contacto con los padres y las madres de los aspirantes, incluirlos en el acompañamiento de sus opciones de vida y sumergirnos en la situación familiar de estos jóvenes”, destaca Fr. Sylvestre.

Es en esta etapa formativa cuando se profundiza en el conocimiento personal de cada uno de ellos y se dedica mucho tiempo a su formación en el conocimiento de nuestro P. Fundador, Luis Amigó, y del carisma amigoniano. Y también en su crecimiento en la fe, a través de la oración, la lectio divina, la lectura espiritual y la Eucaristía diaria, además de sesiones formativas sobre el Credo y sobre encíclicas y documentos importantes. Y esto se completa con clases de francés, español, música, informática o técnicas de animación de grupos.

Además, en Benín, como actividad práctica para vivir el carisma, realizan las clases de refuerzo escolar de Primaria y Secundaria cuatro horas a la semana, colaboran en la catequesis semanal los sábados por la tarde y participan en los grupos juveniles siendo animadores en los grupos de lectores, con los monaguillos y en los coros.

Un gran trabajo vocacional el que se lleva a cabo en estos jóvenes aspirantes entre los que saldrán los futuros religiosos que darán continuidad al carisma amigoniano de nuestra Provincia en África.

Compartir