Formación en Autocuidado e Inteligencia emocional

Por Fr. Carlos Sagardoy

13 educadores/as amigonianos/as de Alicante, Cantabria, Castellón y Valencia han participado en la 1ª tanda del XXIII curso de Formación Especializada, sobre“Autocuidado e Inteligencia emocional”, que ha tenido lugar en el Seminario San José de Godella (Valencia), del 8 al 11 de mayo.  Han representado a 10 programas de intervención socioeducativa distintos: centros de protección y acogimiento residencial, proyectos de acompañamiento a la emancipación, proyectos de apoyo social, de prevención y participación y de las oficinas Mentora Plus, recibiendo 20 horas de formación, en ocho sesiones, sobre el tema señalado.

El curso ha sido impartido por el coach y formador en Educación Emocional Iñaki Lascaray San Juan, del centro de investigación y pedagogía emocional “elanvital”. Con una metodología formativa y experiencial y con el objetivo de desarrollar el autocuidado y la competencia emocional en los educadores, el ponente ha tratado el concepto de salud, el proceso emocional básico (PEB) y las destrezas y actitudes de competencia emocional.

En la primera sesión del lunes Iñaki nos habló del concepto de salud y de las competencias emocionales: autoconsciencia emocional, autogestión emocional, consciencia social y gestión de las relaciones (ISie). Tras la presentación de los participantes y la propuesta de acuerdos, los educadores realizaron un ejercicio para distinguir entre “lo que me resulta obvio de ti y lo que imagino de ti”.

Tras el receso, el formador expuso los diferentes niveles del sistema emocional: sensaciones, emociones, sentimientos y patrones o esquemas emocionales. A continuación, el formador presentó las emociones básicas, de cómo se notan, de lo que nos informan y nos piden. Son la alegría, la tristeza, el miedo, el enfado, el asco y la sorpresa.

A lo largo de la mañana, los educadores realizaron ejercicios prácticos sobre escucha interna de nivel I, la centrada en mis sentimientos, mis valoraciones o mis soluciones y escucha enfocada de nivel II, cuando la atención se fija en el otro, es la necesaria para la gestión emocional. Los educadores realizaron algún ejercicio de focusing. Técnica que parte de la toma de conciencia corporal para encontrar el significado a lo que nos pasa y cómo nos pasa, integrando cabeza-cuerpo y corazón.

Iñaki utilizó la mañana del segundo día al proceso emocional básico, según Leslie Greenberg, y los participantes realizaron ejercicios de entrenamiento siguiendo los ocho pasos: ser consciente de tus emociones, darle la bienvenida, localizar la emoción en el cuerpo y describir tus emociones con palabras, identificar la experiencia primaria, evaluar si el sentimiento primario es saludable o no, identificar los pensamientos destructivos, encontrar emociones y necesidades adaptativas y transformar las emociones desadaptativas y los pensamientos destructivos.

El formador expuso los tres tipos de emociones: primarias, secundarias o sentimientos acerca de tu sentimiento primario e instrumentales o manipulativas. Dedicó algún tiempo a la gestión emocional, personal y grupal, en cuatro pasos: pasar de lo que ocurre a lo que nos hace sentir, de lo que nos hace sentir a la emoción primaria y central, de la emoción primaria a la necesidad y de la necesidad a la acción para resolver.

A continuación, explicó las actitudes necesarias para el trabajo emocional. Siguiendo a Carl Rogers y con un enfoque psicológico centrado en la persona, el educador tiene que ser real, valorar al otro y aceptarlo sin juzgarle. Iñaki nos habló de la empatía, de la autenticidad y asertividad, congruencia y transparencia, y de la aceptación o consideración positiva incondicional.

El último día, el ponente se centró en el autocuidado, que supone recuperar el potencial perdido: la escisión de conflicto interno entre el perro de arriba y el perro de abajo, la voz crítica y la parte criticada, la razón y la emoción.  El formador nos habló de los tres tipos de vida feliz. De la vida placentera, que tiene que ver con el componente genético, crea habito y es relativamente rápida. De una vida de compromiso, involucramiento o buena vida, que supone una experiencia flujo, que te lleva a usar tus talentos al servicio de desafíos para los que posees motivaciones intrínsecas. Y de la vida con significado, la más potente, que implica tener un propósito de vida, que conoce sus fortalezas y las utiliza para ponerlas al servicio de algo más grande que tú. Los participantes refirieron diferentes experiencias propias de flujo y de inmensidad. 

Nos habló también del estrés como proceso, del desequilibrio sustancial entre las demandas percibidas y la capacidad de respuesta en condiciones en las que el fracaso al afrontar esas demandas conlleva consecuencias percibidas como importantes. También nos habló de los agentes estresores, del malestar que producen y de las consecuencias que ocasionan en la salud. El cuidado y bienestar de los educadores sociales en su vida laboral precisa de unas buenas relaciones sociales. Es necesario contar de forma estructural con espacio y tiempo para expresar nuestras emociones y sentimientos y mejorar como equipo de trabajo de alto nivel. Y si fuera necesario contar con un profesional que se ocupara del cuidado y bienestar de los educadores. Los participantes realizaron algún ejercicio de relajación y apoyo, pensando en hacer al compañer@ algo que te gustaría que él o ella pensara en hacerte a ti.

El desarrollo del curso ha sido ágil, ameno y muy gratificante.  Los educadores manifestaron su agradecimiento por la oportunidad de haber realizado este aprendizaje, que les ha ayudado a conectar con sus emociones y con el equipo, y ha sido muy satisfactorio y enriquecedor a nivel personal y profesional. Manifestaron también su reconocimiento al formador, por la buena atención y profesionalidad, y consideran que sería muy importante que esta formación se realizara en los distintos equipos de trabajo, directivos y educativos.

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