Bodas amigonianas de Oro y Plata 2021

Las Bodas de Oro y Plata 2021 de los religiosos amigonianos se han celebrado el domingo 5 de septiembre en el Colegio P. Luis Amigó de Pamplona, que se vistió de fiesta. Nos reunimos en torno a unos 60 hermanos que queríamos celebrar y dar gracias a Dios por el don de su vocación religiosa y sacerdotal. Cincuenta o veinticinco años de respuesta fiel a la llamada que un día, y cada día, Dios les hizo y les sigue haciendo.

Los padres Tomás Barrera Domingo, Agripino González Alcalde, Félix Jiménez Munárriz y Rafael Monferrer Bayo celebraban sus Bodas de Oro sacerdotales; los padres Félix Jiménez Munárriz, Javier Díaz Mazparrote, José Luis Aguerri Bravo y Manuel Carrero Caballero, Bodas de Oro de Votos Perpetuos; los padres Elkin J. Palacios Landázuri y Gisbert Lordieck, celebraban sus Bodas de Plata de Votos Perpetuos; y Fr. José Antonio Morala Salamanca sus Bodas de Plata de Primera Profesión. A todos los ausentes los tuvimos presentes en nuestra oración de acción de gracias.

A lo largo de la mañana se fueron acercando algunos de los homenajeados junto a sus familias y amigos, la gran mayoría lo habían hecho de víspera o residían allí. Junto a ellos acudieron también religiosos de nuestras comunidades de la Ciudad de los Muchachos Agarimo de Arteixo (La Coruña), la Colonia San Vicente Ferrer de Burjassot (Valencia), el Seminario San José de Godella (Valencia), la Curia Provincial (Madrid), el Colegio Fundación Caldeiro (Madrid), el Colegio Santa Rita (Madrid) y la Casa de los Muchachos de Torrelavega (Cantabria).

Llegada la hora, con una solemne procesión comenzó la Eucaristía, concelebrada por religiosos de nuestras comunidades. Ya en el altar, el Padre Provincial, P. Jesús Mª Etxetxikia, dio la bienvenida a los asistentes con unas cariñosas palabras, motivó la reunión “familiar y de vida” y felicitó a cuantos celebraban su aniversario. La Eucaristía de acción de gracias nos invitaba desde las lecturas propias del día a “asombrarnos con la bondad que el Señor Jesucristo muestra hacia cuantos padecen enfermedad o sufrimiento, a estar atentos y saber escuchar las necesidades de los más humildes y sencillos, saber acogerlos y anunciarles el Reino de Dios, y a disponer nuestro corazón y la mente para acompañarlos y darles la esperanza y confianza que precisan”.

Presidió la Eucaristía el P. Félix Jiménez Munárriz, como religioso de la comunidad anfitriona y con doble efeméride, de sacerdocio y de profesión. Pronunció la homilía el P. Rafael Monferrer Bayo, recordando que todo evento “significante y significativo” es acción de gracias. “Gracias por hacer creíble, en estos 25-50 años de Profesión Religiosa y Vida Sacerdotal que la opción por Dios es confianza en la vida, libertad y esfuerzo constante para transformar estructuras, marginaciones y desigualdades y generar paz y vida”. Gracias a la Virgen María, a la Iglesia, a la Congregación. A las personas amigas y amigonianas.

A continuación, todos los religiosos, puestos en pie y en voz alta, renovamos la Profesión Religiosa. Seguidamente entonaron el canto vocacional “Qué detalle Señor has tenido conmigo”. La celebración estuvo muy acompañada por la música y canto, con la participación de todos los religiosos, laicos y familiares, y animada por el pequeño coro, dirigido por la solista Angelines Urdániz, bien acompañado por Javier Lana con su acordeón y el director del Colegio P. Luis Amigó, Fr. José Manuel Durá. Se entonaron los cantos: “El Señor nos ha reunido junto a Él, el Señor nos ha invitado a estar con Él” en el ofertorio, “Si me falta el Amor” en la comunión, finalizando con “Vaso Nuevo” la Acción de Gracias.

Minutos después de la celebración se proyectó un PowerPoint, preparado por el P. José Maria Simón, con la música de fondo de las canciones amigonianas “Vamos en Busca”, somos una gran familia, colaboradores del Redentor, seguimos la senda de Cristo, somos “Zagales del Buen Pastor”, donde se recogían diversas instantáneas de la vida y misión de cada uno de ellos. Fotos familiares, fotos de niños, adolescentes, seminaristas, novicios, juniores, frailes jóvenes, misacantanos, frailes adultos y maduros, unas veces solos y otras en grupos y comunidades, iban pasando una tras otra ante la sonrisa, recuerdo y añoranza de todos los allí reunidos.

A continuación, y como acción de gracias, el P. Provincial invitó a que quien quisiera de los homenajeados dirigiera unas palabras a los allí congregados. Para no alargar el tiempo de celebración lo hicieron en nombre propio y en el de sus compañeros, Fr. José Antonio Morala, el P. Félix Jiménez, el P. José Luis Aguerri, el P. Manuel Carrero, el P. Agripino González y el P. Tomás Barrera. Experiencias, recuerdos, acción de gracias que podemos sintetizar con la letra de la canción que habíamos entonado tras la renovación de los votos: “Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura; codo a codo contigo, comencé a caminar. Han pasado los años y aunque aprieta el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás”. Todas las intervenciones fueron acogidas con calurosos aplausos.

Finalizada la Eucaristía, las fotos de rigor que dan fe del acontecimiento. Fotos de todos los celebrantes, fotos de los homenajeados, fotos de los religiosos, fotos con los familiares. Y una foto conjunta de todos los asistentes.

Y como ya era la hora, nos dirigimos al comedor del Colegio P. Luis Amigó de Pamplona, que estaba preparado con mesas para ser ocupadas por los asistentes y cual “banquete de bodas” dar cuenta de una suculenta comida, donde no faltaron saludos, fotos, felicitaciones y hasta la presencia de un grupo de “joteros”, la hermana de Camilo Aristu, Reyes, su sobrina Elisabeth, y Juan Antonio Indurain, que amenizaron tan agradable ágape. El P. Javier, como final de este hermoso “poema”, que ha sido la celebración de estas espléndidas bodas, realizó el brindis “con estrambote”, dijo.

Sobre las cinco de la tarde, poco a poco cada uno se fue retirando. Unos de viaje, otros a sus respectivas comunidades o domicilios, otros a sus dependencias, pero todos con un sentimiento común reflejado en el salmo: “Mirad cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad”. La celebración ha sido, en palabras de uno de los participantes, “una hermosa fiesta familiar, densa de sentimientos, cargada de recuerdos nostálgicos, pletórica de realidades, entreverada de alegría desbordante y emociones contenidas”. Un día vivido en familia, un día donde hemos seguido construyendo la “Familia Amigoniana”.

Para ver el álbum de fotos de la celebración de las Bodas de Oro y Plata, pinche aquí.

Carlos Sagardoy Azagra

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