Las bodas de oro 2022 de los religiosos amigonianos se han celebrado el domingo 25 de septiembre en el Seminario San José de Godella, que se vistió de fiesta. Nos reunimos en torno a unos 100 hermanos que querían celebrar y dar gracias a Dios por el don de su vocación religiosa y sacerdotal. Cincuenta años de respuesta fiel a la llamada que un día y cada día Dios nos hizo y nos sigue haciendo.
Los hermanos Luis Irazábal Echeverria y Antonio Ares Alejos han celebrado sus Bodas de Oro sacerdotales, y José María Mora Martínez, Juan Antonio Vives Aguilella y yo, nuestras Bodas de Oro de votos perpetuos. A todos los ausentes los tuvimos presentes en nuestra oración de acción de gracias.
A lo largo de la mañana se fueron acercando algunos de los homenajeados junto a sus familias y amigos, la gran mayoría lo habían hecho de víspera o residían allí. Junto a ellos acudieron también religiosos de nuestras comunidades de la Colonia San Vicente Ferrer de Burjassot (Valencia), el Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas (Sevilla), el Seminario San José – EPLA de Godella (Valencia), la Curia Provincial (Madrid), el Colegio Fundación Caldeiro (Madrid), el Colegio Santa Rita (Madrid), el Colegio P. Luis Amigó de Pamplona, el Colegio San Nicolás de Bari (Teruel), la Casa de los Muchachos de Torrelavega (Cantabria) y el Colegio Nuestra Sra. de Monte-Sión de Torrent (Valencia). Y también algunos religiosos de Costa Rica y Venezuela.
Llegada la hora, a las 13:00h, con una solemne procesión comenzó la Eucaristía concelebrada por religiosos de nuestras comunidades. Ya en el altar, el Padre Provincial, P. Jürgen Hoffend, con unas cariñosas palabras, dio la bienvenida a los asistentes, motivó la reunión familiar y de vida y felicitó a cuantos celebraban su aniversario. La Eucaristía de acción de gracias nos invitaba desde las lecturas propias del día a “compartir y tener sensibilidad ante el dolor ajeno”, a estar atentos y saber escuchar las necesidades de los más humildes y sencillos, saber acogerlos y anunciarles el Reino de Dios, y a disponer nuestro corazón y la mente para acompañarlos y darles la esperanza y confianza que precisan”.
Presidió la Eucaristía el P. Jürgen Hoffend, Superior Provincial, que fue concelebrada por los padres Antonio Ares Alejos, Luis Irazábal Echeverría, José María Mora y Juan Antonio Vives Aguilella, acompañando todos los sacerdotes religiosos amigonianos allí presentes. Pronunció la homilía el P. Provincial, recordando que en estos 50 años de profesión religiosa y vida sacerdotal “nuestra seguridad no la hemos puesto en cosas materiales, sino en la persona de Jesús el Cristo y, en su nombre, hemos buscado la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la mansedumbre”, como decían las lecturas del día.
A continuación, todos los religiosos, puestos en pie y en voz alta, renovamos la profesión religiosa. Seguidamente entonaron el canto vocacional “Qué detalle Señor has tenido conmigo”. La celebración estuvo muy acompañada por la música y canto, con la participación de todos los religiosos, laicos y familiares. Se entonaron los cantos: “El Señor nos ha reunido junto a Él, el Señor nos ha invitado a estar con Él” en el ofertorio, “Si me falta el Amor” en la comunión, finalizando con “Vaso Nuevo” la Acción de Gracias.
Minutos después de la celebración se proyectó un PowerPoint, preparado por José María Simón, con la música de fondo de las canciones amigonianas “Zagales del Buen Pastor”, “Oh Buen Pastor”, “Un hombre que se fio de Dios”, “Empieza a amar” y “Vamos en busca”, donde se recogían diversas instantáneas de la vida y misión de cada uno de ellos. Fotos familiares, fotos de niños, adolescentes, seminaristas, novicios, juniores, frailes jóvenes, misacantanos, frailes adultos y maduros, unas veces solos y otras en grupos y comunidades, iban pasando una tras otra ante la sonrisa, recuerdo y añoranza de todos los allí reunidos.
A continuación, y como acción de gracias, el P. Provincial invitó a los homenajeados a que dirigieran unas palabras a los allí congregados. Hubo felicitaciones, reconocimientos y agradecimientos. Experiencias, recuerdos y acción de gracias que podemos sintetizar con la letra de la canción que habíamos entonado tras la renovación de los votos: “Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura; codo a codo contigo, comencé a caminar. Han pasado los años y aunque aprieta el cansancio, paso a paso te sigo sin mirar hacia atrás”. Todas las intervenciones fueron acogidas con calurosos aplausos.
Finalizada la Eucaristía, las fotos de rigor que dan fe del acontecimiento. Fotos de los homenajeados, fotos de los religiosos, fotos con los familiares. El consejo provincial tuvo que salir inmediatamente hacia el aeropuerto para tomar el avión con dirección a Roma para participar en la reunión del consejo general ampliado.
Y como ya era la hora, nos dirigimos al comedor del Seminario San José de Godella, el claustro que estaba preparado con mesas para ser ocupadas por los asistentes y, cual “banquete de bodas”, dar cuenta de una suculenta comida, donde no faltaron saludos, fotos, felicitaciones y pequeños brindis. El P. Antonio, como final de la celebración de estas espléndidas bodas y como homenaje a sus paisanos, dirigió unas palabras, en recuerdo y en honor a Villapando, tierra de la Purísima, recordando el primer voto del mundo del 1 de noviembre de 1466 reconociendo la Inmaculada Concepción de María.
Sobre las cinco de la tarde, poco a poco, cada uno se fue retirando. Unos de viaje, otros a sus respectivas comunidades o domicilios, otros a sus dependencias y otros a prepararse para participar en los ejercicios espirituales para mayores de 70 años, que se iniciaban esa misma tarde, pero todos con un sentimiento común reflejado en el Salmo. “Mirad cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad”. La celebración ha sido “una hermosa fiesta familiar, llena de emociones y sentimientos, de recuerdos nostálgicos y alegría festiva. Un día vivido en familia, un día donde hemos seguido construyendo la “Familia Amigoniana”.
Carlos Sagardoy Azagra