Una comunidad religiosa es un don del Espíritu, antes de ser una construcción humana, que tiene su origen en el amor de Dios, que es quien permite que se construya como una verdadera familia unida en el nombre del Señor. En el Seminario San José de Godella (Valencia), tenemos la suerte de contar con una de estas familias que tiene un añadido muy especial y es que está formada en su mayoría por religiosos y sacerdotes “mayores”, lo que se convierte en todo un privilegio. Basta con mirarlos a los ojos para poder comprender lo mucho que han visto, tanto que a veces emociona, pues están llenos de recuerdos agolpados en su corazón.
Teniendo en cuenta que son “mayores” y que están en una etapa de la vida por la que todas las personas pasamos, nos preocupamos de que se lleve de la mejor manera posible y, aunque la vejez se relaciona con cuestiones negativas como enfermedades y soledad, lo cierto es que van llevando una vida activa y feliz.
Pablo Picasso decía que “cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”. Siguiendo un poco esta premisa, nuestros mayores no solo disfrutan de cuidados personales y médicos, sino que se mantienen, dentro de sus limitaciones-, lo más activos posible, a través de una serie de actividades programadas mes a mes y semana a semana: pintura, moldeado con arcilla y/o plastilina, juegos de memoria, puzles, formas y figuras; olimpiadas matemáticas y de ortografía; películas, videos, salidas a exteriores, paseos comunitarios; meriendas, elaboración de galletas; música y relajación, cantos; gimnasia, reconocimiento corporal, lectura, recuerdos, etc. Es decir, ponemos en práctica el “envejecimiento activo”, logrando una implicación continua en actividades socialmente productivas y gratificantes, bien sean sociales, espirituales, culturales, cívicas, etc. Esto repercute también en su capacidad para estar físicamente activos.
No hay obstáculos que nos impidan sacar una sonrisa, una vez finalizada cada actividad, a cada mayor que se encuentra con nosotros, haciendo muy presente lo que dijo nuestro querido Papa Francisco en el día de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores: “Yo estoy contigo todos los días” (cf. Mt 28,20). Toda la Iglesia está junto a ti —digamos mejor, está junto a nosotros—, ¡se preocupa por ti, te quiere y no quiere dejarte solo!
Por Mª Eugenia Fernández