P. Pedro Corella: alma y corazón de artista

El pasado miércoles 2 de noviembre fallecía, a los 84 años de edad, el P. Pedro Corella Martínez, miembro de nuestra comunidad del Colegio Fundación Caldeiro de Madrid. El P. Pedro nació el 1 de octubre de 1938 en Campillo de Dueñas (Guadalajara). Hizo su primera profesión el 14 de julio de 1956 en Godella (Valencia) y sus votos perpetuos tuvieron lugar ese mismo día de 1962 en Amurrio (Álava). Fue ordenado sacerdote el 3 de abril de 1965 en Pamplona (Navarra).

Una vez realizada su primera profesión, el primer destino del P. Pedro fue el Colegio Nuestra Señora de los Dolores de Hellín (Albacete), que por entonces se llamaba Colegio Nuestra Señora del Rosario, donde permaneció nueve años. De ahí paso al Seminario San José de Godella (Valencia), hasta que en 1971 fue trasladado a Pamplona, donde ejerció de superior y director del Colegio P. Luis Amigó.

En 1977 regresaba a Godella, para hacerse cargo de la dirección de las Escuelas Profesionales Luis Amigó de Godella, donde también fue superior. En 1989 volvía de nuevo a Pamplona, donde volvió a ejercer de superior y director hasta que en 1995 fue elegido Superior Provincial de la recién creada Provincia Luis Amigó, donde ya había ejercicio el cargo de Vicario Provincial de 1992 a 1995.

Fue en 1998 cuando llegó al Colegio Fundación Caldeiro de Madrid. Dirigió el centro durante tres lustros, un cargo que compatibilizó con el de superior y administrador. Desde que dejó el cargo en 2013, formaba parte del Patronato de la Fundación Caldeiro, de la que fue presidente de 2013 a 2016.

“El padre Pedro Corella Martínez, alma y corazón de artista, sobresalió, entre otras modalidades directamente relacionadas con el mundo de las artes, por una extraordinaria habilidad para negociar y llevar a buen término las cuestiones -a veces harto difíciles- que se le plantearon en las distintas casas en las que ejerció el servicio de la dirección. Perspicaz e intuitivo como era por naturaleza, sabía abordar a las personas con mucho tacto y adentrarse en su mundo emocional de una forma tan natural que le permitía ganarse con facilidad el corazón del otro”, escribe de él el P. Juan Antonio Vives, historiador de la Congregación.

“Sobresalió asimismo por su amor a la literatura y, en especial, a la poesía -y también- y de un modo más particular a la música, que favoreció ahí donde estuvo, pero de manera más especial durante su larga estancia en el Colegio Fundación Caldeiro, donde formó y dirigió el Coro Parroquial Nuestra Madre del Dolor”, concluye el P. Vives.

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