Por Fr. Tim Fechtner
Del 22 de enero al 7 de febrero de 2024, el P. Provincial, Fr. Jürgen Hoffend, y yo, Fr. Tim Fechtner, estuvimos explorando y conociendo Tanzania. Nuestro hermano Fr. Rafael Yagüe tenía la intención de unirse a nosotros, pero lamentablemente no pudo hacerlo debido a compromisos laborales que le impidieron viajar. El propósito del viaje fue conocer y descubrir más sobre este país, con la vista puesta en una posible fundación de la Congregación. Ha sido el segundo viaje a Tanzania, ya que el primero tuvo lugar en 2023, con la participación de los hermanos Fr. Jürgen Hoffend, Fr. Ange Loboué y Fr. Rafael Yagüe.
Este viaje -al igual que sucedió con el anterior- no habría sido posible sin la valiosísima ayuda de nuestras Hermanas Terciarias Capuchinas, quienes están presentes en Tanzania desde hace muchos años y tienen allí tres comunidades. Su hospitalidad y apoyo han sido fundamentales, desde proporcionarnos alojamiento hasta acompañarnos a lo largo del viaje.
Llegamos a Dar es-Salam, la ciudad más grande del país con más de cinco millones de habitantes. Ubicada en la costa oeste, es una ciudad costera frente al Océano Índico. Allí visitamos la comunidad de nuestras Hermanas en la ciudad y nos reunimos con el obispo de Dar es-Salam, quien, por cierto, es un Capuchino muy acogedor. Exploramos una parroquia capuchina y la parroquia de nuestras Hermanas, ambas dirigidas por una congregación religiosa. Además, visitamos la escuela gestionada por las Hermanas, que cuenta con una guardería y clases de primaria y secundaria, albergando a un total de 1.200 alumnos.
Tras Dar es-Salam iniciamos nuestro viaje al interior del país, haciendo nuestra primera parada en Dodoma, la capital del país y la tercera ciudad más grande con 750.000 habitantes. En crecimiento constante, Dodoma se encuentra en el centro del país y sirve como punto de convergencia de numerosos caminos. Dormimos en una comunidad de Capuchinos que dirigen una escuela secundaria. Durante nuestra estancia, exploramos la catedral y conocimos la labor allí de varias congregaciones religiosas.
Luego nos dirigimos a Kahama, una ciudad más pequeña en el noroeste del país, donde fuimos cálidamente recibidos en la casa del obispo. Al día siguiente, el obispo nos invitó a acompañarlo durante su visita a dos escuelas católicas, un seminario para futuros estudiantes de teología y tres parroquias rurales. Aunque fue un día largo, resultó sumamente interesante.
La última parada de nuestro viaje fue Morogoro, una ciudad más pequeña ubicada a medio camino entre Dodoma y Dar es-Salam. Aquí, nuestras Hermanas gestionan una comunidad que se ocupa de personas con discapacidad y ofrece fisioterapia. Mantuvimos conversaciones con el obispo y los Carmelitas, quienes dirigen la parroquia donde se encuentra la comunidad de nuestras Hermanas.
Tanzania se reveló como un país pacífico, cuya gente es generosa y acogedora. Se percibe un gran respeto por la Iglesia Católica. En resumen, es un país lleno de oportunidades para la vida religiosa, impregnado de la fascinación única que el África negra aporta.