La Semana Vocacional “resuena” en el Colegio Santa Rita

Por Luis Miguel Redondo

Gracias al Carisma que el padre Luis Amigó nos regaló, para los amigonianos la vida sin vocación de servicio a los demás no tendría sentido. Algo esencial para nuestros colegios, además del cuidado y formación de nuestro alumnado, es que encuentren un propósito en la vida, aquello que les llene: su vocación. Y es por eso que para la Pastoral de los Colegios Amigó, la Semana Vocacional es una de las actividades más importantes y esperadas del curso.

Este año “RESUENA” es el lema de nuestros coles, y hemos querido acercar a nuestros/as alumnos/as testimonios e historias que dieran respuesta a la pregunta “¿cómo resueno?”. Y que, además, tuvieran uno o más mensajes que les ayude, que les pueda servir de inspiración y motivación a la hora de plantearse qué metas ponerse, qué caminos elegir, qué escoger como importante en sus vidas para saber RESONAR en los demás… En definitiva, arrojarles un poco de claridad a esa búsqueda de la felicidad, de sentido y de plenitud.

Una semana enfocada a la vocación donde, desde primera hora de la mañana, los alumnos reciben unos buenos días encaminados a ello. Contar con testimonios y experiencias de primera mano enriquece esos buenos días y cobra un sentido final cuando realizan el viernes una tutoría y celebración de cierre.

El lunes nos visitó Noe, exdeportista de élite y fisioterapeuta neurológica. Su vocación la llevó a trabajar en una clínica tanto con adultos como niños que han nacido o tenido posteriormente alguna enfermedad neuronal que deriva en dificultades motoras. Nos ha contado cómo, a través de su vocación, resuena en los demás queriendo contribuir a mejorar su calidad de vida.

El martes contamos con la presencia de Juanje, Eva y dos miembros del grupo Hakuna.

  • Juanje, quien desde muy pequeño quería cuidar de los demás, nos contó cómo descubrió en ese deseo del cuidado y servicio a los demás su vocación de guardia civil: “Cada pequeño gesto que hacen, sirve para ayudar a los demás y colaborar a que el mundo sea un sitio mejor”.
  • Eva, enfermera en un centro de salud, narró cómo descubrió su vocación en el acompañamiento y cuidado de los demás. Resonar estando presentes, como lo está Dios con nosotros, que también nos acompaña y nos cuida.
  • El Grupo Hakuna nos confesó que quien les une es Dios y, más que un grupo, son una familia. El propósito de su música es ofrecer mensajes que no encuentran en la música actual, y es a través de los mismos y sus canciones como resuenan y ayudan a los demás. Tras contar su gran evolución musical, nos regalaron dos canciones llenas de mensaje y amor de Dios.

El miércoles tuvimos la suerte de escuchar de nuevo a Eva, que visitó a los más pequeños de infantil, y a fray Jorge, que nos quiso arrojar un poco de luz con dos ejemplos “voladores”. En el primero, cuales pajarillos de colores, nos enseñaba que la vocación es encontrar el color que nos hacer ser mejores personas, diferentes, especiales… y nos invitaba a descubrir cuál era nuestro color. Y en el segundo, pararnos a escuchar, aunque al igual que él no queramos en algunas ocasiones, a esa “mosca coj…molesta”, que, sin duda, para Jorge se trataba de Dios. La vocación es cada elección que tomamos a diario y que construye el camino de nuestra vida. Qué mejor forma de resonar que “una vida que se abre a la vida”.

Y el jueves volvimos a contar con fray Jorge, quien pasó por las etapas de secundaria e infantil, en la cual regaló un ejemplo de cariño, cercanía y buen trato, reflejo de su vocación que llega de Dios y que la reparte a todo el que tiene al lado. Como colofón a la semana, les bendijo las manos y les dio el “superpoder” de cuidar de los demás.

Una vez finalizados las oraciones de la mañana enfocadas a la semana vocacional, y escuchados todos los testimonios, cada clase celebró el cierre de esta gran semana con una tutoría especial y celebración en el aula. “Querer transformar y contribuir a dotar a nuestros alumnos de valores, actitudes, competencias espirituales, comportamientos… para que nazca en su interior un espacio, donde Dios les llama, les llena de luz y les tiende la mano para que dentro de ellos crezca esa vocación, y sean llamados a ser, a cada uno de manera diferente, obreros del Reino”.

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