Por P. José Vicente Miguel
Tras la excelente experiencia inicial del año pasado, la Comisión Ampliada de Pastoral Provincial celebró durante el fin de semana del 12 al 14 de abril su segundo encuentro, que esta vez tuvo lugar en el albergue juvenil Argentina de Benicàssim (Castellón), con la participación de una veintena de personas.
Esta Comisión está compuesta por los responsables de todos los ámbitos de la Provincia, con el objetivo de reflexionar y avanzar hacia una pastoral más unificada y común. Por ello, representantes de la pastoral de los colegios y parroquias, de la Fundación Amigó y de los proyectos y centros propios de la Provincia nos reunimos para trabajar sobre la pastoral de los jóvenes amigonianos, ya sea de nuestras plataformas tradicionales de la pastoral juvenil vocacional (PJV) como de los profesionales (profesores o educadores) de nuestros colegios, centros y proyectos.
Fue, ante todo, un tiempo de convivencia y de sentir común que la pastoral nos implica a todos, ya que todos somos sujetos y agentes de pastoral, que expresa muy profundamente nuestra identidad amigoniana, nuestra forma de entender y estar en el mundo y las razones por las que nos sentimos enviados, 135 años más tarde, por el Padre Fundador en todas las iniciativas y proyectos que llevamos a cabo en nuestra Provincia.
Estuvimos reflexionando y compartiendo opiniones sobre los jóvenes (JUVAM) y también los adultos que, a partir de ahora, dispondrán de una nueva propuesta de vida de fe desde nuestra espiritualidad y que se llamarán Grupos AMigonianos de Adultos (GAMA), que iremos presentando y desarrollando en todas las plataformas que tenemos a nivel nacional.
Durante este encuentro de fin de semana también se constituyó un nuevo grupo de trabajo, a través del cual se harán propuestas concretas y diversificadas de pastoral a todos los profesionales que trabajan con nosotros.
La pastoral, entendida en todos sus ámbitos, es todavía -y más que nunca- un desafío para nuestra Provincia, y no sólo para los religiosos, como se pensaba antes, sino para todos aquellos que nos movemos por motivaciones y convicciones de fe. Es una tarea siempre pendiente, ya que nos sentimos enviados con toda libertad y siempre desde nuestra identidad amigoniana hacia los demás, para dar razón de nuestra fe y de nuestra espiritualidad.
