
Por Mª Eugenia Fernández
En nuestra casa del Seminario San José de Godella (Valencia), que alberga la enfermería provincial con nuestros religiosos mayores, cada visita se convierte en un verdadero regalo. La presencia de familiares, amigos y hermanos religiosos no solo rompe la rutina diaria, sino que llena de vida, sonrisas y esperanza cada rincón de la comunidad.

El valor de estos encuentros va más allá de las palabras: un gesto de cariño, una conversación pausada o una simple mirada bastan para encender la chispa de la alegría compartida. Para nuestros mayores, estas visitas son un recordatorio tangible de que forman parte de una gran familia que los quiere, los recuerda y los acompaña, como es la familia Amigoniana.

Cada momento compartido es un puente entre generaciones, un intercambio de afecto y gratitud que fortalece los lazos fraternos y la memoria viva de nuestra historia. La alegría del encuentro nos recuerda que, en la sencillez de estar juntos, encontramos una de las expresiones más puras del amor cristiano.