
Por Mª Eugenia Fernández
El jueves 6 de noviembre vivimos un día intenso y lleno emociones, un día de profunda gratitud y alegría, en el que elevamos nuestro corazón al Señor por los 125 años de vida del Seminario San José de Godella (Valencia). Un lugar que ha sido y sigue siendo hogar, escuela y taller de esperanza para tantas generaciones formadas al calor del carisma amigoniano. Y también un día de agradecimiento por toda la labor del P. Mariano Ramo, fundador de las Escuelas Profesionales Luis Amigó, en el 48 aniversario de su fallecimiento.

El día comenzó con el envío del AmigóCast, a cargo de EPLA, entrevistando a Fr. José Mª Martín, director del Seminario y superior de la comunidad religiosa. Seguidamente, tuvo lugar la ofrenda floral al P. Mariano, acompañada de las voces del coro infantil de primaria, dirigido por la profesora Herminia. Desde allí nos trasladamos a la Iglesia del Seminario para seguir agradeciendo a todos los que, de una u otra forma, han hecho posible este largo camino de fidelidad y servicio. Gracias a los religiosos amigonianos, por mantener viva la llama del carisma del P. Luis Amigó, y por su entrega silenciosa y constante al servicio de la educación, la formación y la fraternidad.
Gracias a los trabajadores y colaboradores del Seminario que, con su esfuerzo diario, cuidan este espacio, convirtiéndolo en un lugar donde se respira familia y acogida. Gracias también a los profesores y personal de EPLA, obra que nació del corazón generoso del P. Mariano Ramo, quesupo soñar con una educación integral y humana dentro de estas mismas instalaciones. Su legado sigue vivo en cada aula, en cada alumno y en cada gesto de servicio.

Nuestro reconocimiento igualmente a los voluntarios, laicos y Cooperadores Amigonianos, testimonio de compromiso laical y presencia activa del espíritu amigoniano en la vida cotidiana. Su generosidad y disponibilidad son signo de una Iglesia viva, sencilla y servidora. A todos los que, a lo largo de estos 125 años, han pasado por este Seminario —formadores, estudiantes, educadores, amigos y bienhechores—, gracias por ser parte de esta historia compartida.
Por la noche, pudimos disfrutar del Coro P. Mariano, dirigido por Cristian Cavero, que una vez más demostró la calidad en sus voces y el buen gusto por la música. Finalizamos con un vino de honor preparado por Serunión en el claustro del Seminario.

Que San José, patrono de este seminario, siga acompañando nuestra misión. Que el ejemplo del P. Luis Amigó y de tantos hermanos que nos precedieron siga inspirando nuestros pasos. Y que este aniversario no sea solo un recuerdo del pasado, sino un impulso para seguir sirviendo con alegría, educando con ternura y construyendo fraternidad desde el corazón.
¡Felicidades, Seminario San José de Godella! ¡125 años de historia, fe y amor amigoniano!