Eucaristía de acción de gracias por el 125 aniversario del Colegio San Hermenegildo

El domingo 14 de septiembre tuvo lugar la Eucaristía de acción de gracias por el 125 aniversio del Colegio San Hermenegildo, una efeméride que daba también comienzo al Mes de la Amigonianidad 2025 que, bajo el lema “Familia Carismática Amigoniana: Peregrinos y testigos de esperanza en misión”, celebraremos hasta el 18 de octubre.

La Eucaristía estuvo presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, con la participación de la comunidad religiosa y de hermanos de otras comunidades, de la comunidad educativa del centro y también de antiguos alumnos y miembros de la Familia Amigoniana.

“Celebramos con profunda alegría y gratitud los 125 años de esta casa educativa —“Los Frailes” — como cariñosamente la conoce Dos Hermanas— en el día en que la Iglesia eleva la mirada a la Cruz gloriosa del Señor. No podía haber mejor marco para hacer memoria y renovar la misión: la Cruz es cátedra de sabiduría, altar de amor y tronco fecundo del que brota la esperanza; ante ella aprendemos a mirar, a creer, a servir y a educar”, dijo el arzobispo de Sevilla al inicio de su homilía.          

Mons. Saiz Meneses invitó a la familia del Colegio San Hermenegildo “a mirar hacia el pasado con gratitud”. Sobre los orígenes de la institución dijo que “apenas una década después de la fundación de la Congregación de los Terciarios Capuchinos por el venerable fray Luis Amigó, llegaron a Sevilla los padres José María de Sedaví y Manuel de Alcalhalí con la audacia de la fe. Con la ayuda generosa de bienhechores —entre ellos Dolores Armero y Benjumea— se adquirieron las fincas del pago de la Carraholilla; en 1900 se colocó la primera piedra de la Colonia de San Hermenegildo, y en 1927 se consagró la capilla, obra del arquitecto Manuel Peris. En 1905, el primer alumno de esta casa, el beato Bienvenido María de Dos Hermanas, profesó como religioso; años más tarde sería beatificado por San Juan Pablo II: fruto precioso que nos recuerda que la vocación de la escuela católica es siempre la santidad y el servicio”.

Sobre el aniversario 125 aniversario, el arzobispo pidió que “no sea meta, sino nuevo comienzo. Damos gracias a Dios por los religiosos amigonianos que sembraron con valentía; por las familias benefactoras que creyeron en este proyecto; por generaciones de profesores y personal que han gastado su vida con amor; por los sacerdotes que han sostenido la pastoral; por tantos alumnos que hoy son buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Dio gracias también “por lo recibido» y ofreció al Señor el futuro, pidiéndole «la gracia de perseverar con fidelidad creativa”. Finalmente encomendó la labor del colegio a San Hermenegildo, “joven valiente”; a la Santísima Virgen y a fray Luis Amigó, “para que os alcance la gracia de educar con corazón de padre y de madre”.

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