
Las bodas de Profesión y Sacerdocio 2025 de los religiosos amigonianos se han celebrado el sábado 6 de septiembre en el Seminario San José de Godella (Valencia), que se vistió de fiesta para la ocasión. Nos reunimos en torno a unos 80 hermanos que queríamos celebrar y dar gracias a Dios por el don de su vocación religiosa. Setenta y cinco, cincuenta o veinticinco años de respuesta fiel a la llamada que un día y cada día Dios les hizo y les sigue haciendo.
El padre Emilio Alvarez celebra sus Bodas de Platino de Sacerdocio y Javier Benito Muerza sus Bodas de Platino de Profesión Religiosa; el Padre Joaquín Portaña Serrano, sus Bodas de Oro de Sacerdocio, el Padre Angel García Ramos sus Bodas de Oro de Profesión Perpetua y Fray Luis Ortiz Mendía, sus Bodas de Oro de Primera Profesión y Fray José Antonio Morala Salamanca sus Bodas de Plata de Profesión Perpetua. A todos los ausentes los tuvimos presentes en nuestra oración de acción de gracias.
A lo largo de la mañana se fueron acercando algunos de los homenajeados junto a sus familias y amigos, aunque la gran mayoría lo habían hecho la víspera o residían allí. Junto a ellos acudieron también religiosos de nuestras comunidades: de la Ciudd de los Muchachos Agarimo de Arteixo (La Coruña), del Colegio Amigó de Pamplona, del Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas (Sevilla), de la Colonia San Vicente Ferrer de Burjassot (Valencia), del Seminario San José-EPLA de Godella (Valencia), de la Curia Provincial (Madrid), del Colegio Fundación Caldeiro (Madrid), del Colegio Santa Rita (Madrid), del Hogar Saltillo de Portugalete (Vizcaya), del Colegio San Nicolás de Bari de Teruel, de la Casa de los Muchachos de Torrelavega (Cantabria) y del Colegio Monte Sión de Torrent (Valencia).

Llegada la hora, con una solemne procesión comenzó la eucaristía de acción de gracias. Con la presencia del Provincial, presidió la Eucaristía el P. José Oltra Vidal, que fue concelebrada por los padres Joaquín Portaña Serrano y Ángel García Ramos, acompañando todos los sacerdotes allí presentes. Ya en el altar, el Superior Provincial, con unas cariñosas palabras, dio la bienvenida a los asistentes, motivó la reunión “familiar y de vida” y felicitó a cuantos celebraban su aniversario. Señaló que lo importante de los religiosos amigonianos es “ser zagales del Buen Pastor”. Ser sencillos, humildes y servidores. Seguir a Jesús que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida”, entregarnos en nuestra misión y caminar juntos con la familia amigoniana.
En su homilía, el P. José Oltra quiso dar “gracias a dios por su Amor de predilección para con estos hermanos que celebran sus aniversarios de vida religiosa y sacerdotal” y destacó “su fidelidad durante todos los días, meses y años de su vida religiosa”: A continuación, todos los religiosos, puestos en pie y en voz alta, renovamos la Profesión Religiosa. Seguidamente, entonaron el canto vocacional “Qué detalle Señor has tenido conmigo”. La celebración estuvo muy acompañada por la música y canto, con la participación de todos los religiosos, laicos y familiares, y animada por el pequeño coro, dirigido por José María Simón y Mª Eugenia Fernández.
Se proyectó un PowerPoint, preparado por José Maria Simón, con los mensajes de agradecimiento a Dios, a los hermanos y a la Congregación, con diversas instantáneas o pequeños cortos de la vida, vocación y misión de cada uno de ellos. Imágenes, fotos familiares y fotos personales, unas veces solos y otras en grupos y comunidades. Al finalizar todos se dirigieron con emoción a la asamblea con unas palabras personales de agradecimiento.

Finalizada la Eucaristía, las fotos de rigor que dan fe del acontecimiento. Fotos de todos los celebrantes, fotos de los homenajeados, fotos de los religiosos, fotos con los familiares. Y una foto conjunta de todos los asistentes. Y como ya era la hora, nos dirigimos al comedor del Seminario San José, esta vez en el claustro, para, cual “banquete de bodas”, dar cuenta de una suculenta comida, donde no faltaron saludos, fotos, felicitaciones y brindis. Sobre las cinco de la tarde, poco a poco cada uno se fue retirando. Unos de viaje, otros a sus respectivas comunidades o domicilios, otros a sus dependencias, pero todos con un sentimiento común reflejado en el Salmo. “Mirad cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en unidad”. La celebración ha sido “una hermosa fiesta familiar, densa de emociones y sentimientos, cargada de recuerdos nostálgicos y pletórica de realidades. Un día vivido en familia, un día donde hemos seguido construyendo la “Familia Amigoniana”.