La comunidad de Benín da la bienvenida a siete nuevos novicios

Por Fr. Alexandre Ziansé

En la tarde del 14 de agosto, víspera de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, la Casa Noviciado “Comunidad Mártires Amigonianos” de Calavi-Benín tuvo la alegría de acoger a siete jóvenes que, tras terminar su formación como postulantes en Costa de Marfil, daban el paso de iniciar su año de noviciado.

Marcados por la esperanza y la exigencia del discernimiento vocacional y rodeados por el afecto fraterno de la comunidad religiosa y de algunos hermanos de nuestras dos comunidades de Costa de Marfil, han dado este importante paso Ulrich ACROMBESSI, Sylvestre Atakpa BEN, Aristide CISSÉ, Deo Gratiace FADONOUGBO, Elie GOHOUNGO, Noel GUERRA y René QUENUM.

La celebración se llevó a cabo en presencia de Fr. José Miguel Bello Tena, Superior Provincial, en su primera visita a las comunidades de África, acompañado por su vicario, Fr. José Vicente Miguel March.

Ulrich ACROMBESSI nació hace 22 años en Akassato (Benín) y es el menor de cinco hermanos. Una vez terminado el Bachillerato, comenzó sus estudios de inglés económico en la Universidad de Abomey-Calavi. Conoció la Congregación en una jornada de aspirantado con el P. Sosthéne Ayegbé, a la que siguió una semana de experiencias con la comunidad de Benín.

Sylvestre Atakpa BEN, por su parte, es de nacionalidad togolesa. Tras la separación de sus padres, tiene tres hermanos por parte de padre y otros tres por parte de madre. Ha hecho dos años de estudios universitarios y conoció la Congregación a través de las redes sociales y el P. Txetxi le puso en contacto con el P. Sosthéne, con quien realizó el aspirantado, que continuó después con el P. Txetxi.

Aristide CISSÉ tiene 23 años y es de nacionalidad marfileña. Tiene un hermano y dos hermanas. A finales de 2002 había comenzado el aspirantado con los Franciscanos Menores cuando conoció la Congregación a través de un amigo. Él fue quien le puso en contacto con Fr. Sylvestre HOUNGBO, con quien se reunió en su parroquia de San Juan Bautista. Comenzó el aspirantado en 2023 durante el cual vivió experiencias comunitarias y una más prolongada, junto al P. Sylvestre BINI, tras las cuales solicitó la admisión al postulantado en septiembre de 2024.

Deo Gratiace FADONOUGBO tiene 20 años y es el mayor de cuatro hermanos. Apasionado de la cocina, es diplomado en Hostelería y Restauración. Conoció la Congregación en septiembre de 2021 a través de Facebook y se puso en contacto con la comunidad de Benín, siendo acompañado por el P. Sanctus Morand Avlessi y Fr. Isaac Calvo. De sus etapas de aspirantado y postulantado, destaca la sencillez y la alegría fraterna que vivió en sus experiencias comunitarias. 

Elie GOHOUNGO, de 21 años, es el sexto de nueve hermanos. Realizó sus estudios primarios en Nigeria, y conoció la Congregación después de un año de estudios universitarios en Geografía y Ordenación del Territorio. Fr. Isaac Calvo organizó una convivencia en su parroquia y, tras participar en ella, comenzó una experiencia de vida comunitaria en julio de 2023, durante la que experimentó de cerca la realidad misionera de los religiosos.

Noël GUERRA tiene 23 años y es beninés. Tras finalizar el Bachillerato, estudió Letras Modernas en la Universidad de Parakou. Conoció a la Congregación a través de un amigo y en enero de 2024 comenzó una experiencia comunitaria, acompañado del P. Txetxi. Motivado por el carisma y por la vida cercana, compartida de cerca durante ese tiempo, decidió pedir ser admitido al postulantado.

René QUENUM, beninés de 31 años, es el mayor de una modesta familia compuesta por dos hermanos y dos hermanas más, de madres distintas. Tras sus estudios de Bachillerato, estudió Filosofía en Instituto Católico Don Bosco de Togo, donde se licenció en 2021. Dos años después, conoció la Congregación a través de Facebook. Le llamaron la atención el carisma y la esperitualidad amigonianos, así que estableció contacto con Fr. Sylvestre HOUNGBO. Tras su experiencia comunitaria en Costa de Marfil, destaca las vivencias en fraternidad y el servicio a la Iglesia de los religiosos como misioneros amigonianos.

Demos gracias al Señor por el don precioso de la vocación en nuestra congregación, orando para que estos jóvenes novicios encuentren, en esta etapa fundamental de su formación, la luz y la fortaleza necesarias para responder con generosidad al llamado vocacional.

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