Nuevo Café Amigoniano en Oliva

Por Hna. Cecilia Pasquini TC

En la tarde del 29 de mayo, un pequeño grupo representante de la Familia Carismática Amigoniana de Valencia nos pusimos en camino hacia Oliva para compartir un Café Amigoniano con un grupo de cooperadores amigonianos de este pueblo. Íbamos el P. José Oltra y el Fr. José María Martín Martín, religiosos; las hermanas Josefa Cámara, y yo, Cecilia Pasquini, Terciarias Capuchinas, y los cooperadores amigonianos María Eugenia Fernández Sosa, Paco Pecino, Conchi Pérez y Eduardo.

Se me había pedido hablar sobre los orígenes de nuestra familia religiosa de Hermanas y, de acuerdo con los organizadores, habíamos escogido como título del Café: «Chiquet, tú te encarregarás de les meues monchetes» (OCLA 34), las palabras que, en el convento de Bayona, el padre Ambrosio de Benaguacil dirigió al joven Fr. Luis de Massamagrell preconizando, quizá sin saberlo, la fundación de la Congregación de las Hermanas, que tuvo lugar en Montiel el 11 de mayo del 1885.

Con algunas pinceladas, resumí los primeros pasos de la historia fundacional poniendo en evidencia, como elemento importante, la actitud de fe del padre Luis que, sin aspirar a realizar grandes proyectos, siguió humildemente la inspiración de Dios y empezó a escribir las Constituciones de las Hermanas, trazando en ellas una forma de vida consagrada radicada en la espiritualidad franciscana y abierta a varios frentes apostólicos.

Después de relatar brevemente algunos acontecimientos que caracterizaron nuestro origen, la fundación en el Santuario de Montiel, el bautismo de caridad durante el cólera del 1885, que costó la vida a tres hermanas nuestras, y la fundación de la casa de Massamagrell, donde se fue cuajando en la vida y misión lo que el P. Luis había diseñado en las Constituciones, abrimos un diálogo y destacamos aspectos importantes del padre Luis. Su profunda comunión con Dios le permitía intuir sus proyectos y llevarlos adelante sin pretender imponerse sobre las circunstancias; su atención a los retos que presentaba la situación social y política y su sensibilidad cristiana  lo hicieron creativo para acompañar, como pastor de la Iglesia, la realidad del mundo obrero, donde se iban imponiendo principios contrarios a la fe cristiana, y los cambios que se iban dando en las familias amenazando su naturaleza; su interés para promover un adecuado desarrollo de la comunicación, que empezaba a ser un areópago importante para difundir o combatir la fe cristiana. Todos estos son retos que, si bien de manera diferente, siguen actuales y el P. Luis puede iluminarnos para enfrentarlos.

Antes de terminar, algunos participantes preguntaron sobre el proceso de beatificación del padre Luis y compartimos que está estancado, sencillamente porque no se ha encontrado, hasta ahora, un milagro atribuido a su intercesión y reconocido por el Dicasterio competente: así que recordamos a todos la necesidad de encomendarse al padre Luis para que, según la voluntad de Dios, logremos encontrar este milagro. Y hablando de los procesos de beatificación, informamos sobre el reconocimiento de la ofrenda de la vida de la Hna. Inés Arango Velázquez TC y Mons. Alejandro Labaka OFMCap, que nos permite invocarlos como venerables y abran el camino para su beatificación una vez se reconozca un milagro atribuido a su intercesión.

A última hora de la tarde, después de compartir también una sencilla merienda, reemprendimos nuestro viaje hacia Valencia, contentos de este encuentro que seguramente ha fortalecido nuestro conocimiento del P. Luis y de la Familia carismática amigoniana.

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