Campaña de solidaridad 2024-2025: “Amigos míos, venid”

Cada año, los Colegios Amigó y la Fundación Amigó organizan juntos una campaña para fomentar la solidaridad entre los alumnos y las alumnas de nuestros centros. Este curso, esta campaña tiene como lema “Amigo míos, venid” y acercará la situación que viven niños, niñas, jóvenes y familias en Benín.

El objetivo es informar, sensibilizar, concienciar, educar, formar y participar, apoyando, a su vez, dos proyectos ubicados en Benín, el Centro Escolar Luis Amigó que gestiona nuestra comunidad en Abomey-Calavi, y la clínica-dispensario sanitario de las Hermanas Terciarias Capuchinas en Gló-Djibé.

La salud y la educación son las dos claves básicas para el desarrollo humano y de los pueblos. Estos dos proyectos que se apoyan este curso desde las diferentes estructuras amigonianas buscan el desarrollo integral de las poblaciones más deprimidas.

El Centro Escolar Luis Amigó de Abomey-Calavi acaba de ser construida gracias a la colaboración y apoyo económico de Manos Unidas en una zona donde el analfabetismo y la pobreza marcan a sus habitantes. La escuela está en una zona donde, dentro de unos años, debido al desarrollo urbanístico, irán a vivir cientos de familias que se van acercando a las ciudades que rodean la capital, creando grandes focos de pobreza alrededor de ellas. Los primeros alumnos son niños, niñas y jóvenes que, a pesar de la edad que tienen, siguen sin alfabetizar, pero a los que se les va apoyando desde las limitadas posibilidades de nuestra comunidad religiosa.  

El centro de salud en la zona de Djigbé atiende principalmente a niños desnutridos y personas enfermas en una zona de escaso desarrollo, con casi inexistentes vías de comunicación y una población que sobrevive en condiciones de vida extremas. Durante su estancia en la clínica, las madres de estos niños/as son formadas para que aprendan a alimentar mejor a sus hijos/as, aprovechando los recursos naturales de la zona, aprendiendo técnicas de nutrición más saludables y adaptadas a sus hijos/as.

En estas zonas de África profunda, implantar un colegio y un dispensario regidos por nuestros religiosos y por las terciarias capuchinas es sinónimo de recursos bien gestionados, que atienden a todas las personas necesitadas sin distinciones, asegurándoles el buen trato y la protección, al igual que ofreciendo salarios dignos a los/as empleados/as. Es necesario encontrar espacios seguros donde se respeta la dignidad de la persona y se trabaja por el desarrollo personal y comunitario.

Compartir