“Lo que soy, se lo debo también a los jóvenes”

Este es el título del artículo que aparece en la página web del Obispado de Essen, aquí en Alemania, dando la noticia de que nuestro hermano Jens A. Müller celebra sus 25 años de Profesión Perpetua. También la prensa local y regional se ha hecho eco del acontecimiento.
Como no podía ser de otra forma, lo hemos celebrado en “nuestra” parroquia Sankt Elisabeth, como Dios manda y con nuestra impronta franciscano-amigoniana. Así lo definió el Obispo auxiliar Ludger Schepers, que asistió a la eucaristía como un fiel más desde el banco, entre la gente, “en medio de las ovejas” como dice el Papa Francisco, y es que este obispo tiene también mucho de franciscano.
Todos se volcaron para que la celebración fuese un acontecimiento festivo. El grupo fiel de voluntarios y amigos prepararon con mucho detalle la sala parroquial, con el patio incluído, porque, como sucedió, estaba anunciado buen sol y se esperaba mucha gente. La fiesta se realizó este domingo 16 de septiembre. A las 10 comenzamos con la eucaristía en la iglesia bien llena con el lema, como no podía ser menos, “Dios llama y cada uno de los cristianos recibimos una vocación concreta”.
Coincidiendo con que en nuestra parroquia estamos celebrando el año vocacional, el P. Jens junto con una voluntaria y una pedagoga, le dieron un tono vocacional a la eucaristía. Veíamos delante del altar un aparato de teléfono de tiempos ya pasados. Y sonó durante la predicación. “Llamaba” Dios. Se estableció un diálogo entre Dios – con voz femenina- y Jens, que después siguió la homilía con una joven que quiere ser bautizada.
Después de la comunión, el P. Jens se atrevió a cantar sólo una canción de melodía conocida para la que él había escrito su propia letra vocacional hace 25 años en su Profesión Perpetua. Allí la cantó por primera vez. Acompañaron la parte musical el grupo instrumental y el coro juvenil de la parroquia que, como siempre, pusieron la nota alegre y festiva animando a todos a cantar.
Ya en la sala y en el patio brindamos con champán español y saboreamos algo típico de la zona del Ruhr, en la que vivimos: “Currywurst con Pommes”, o sea trozos de salchicha con salsa picante y patatas fritas crujientes. Después había, claro, postres riquísimos y tartas variadas, que había preparado la gente como obsequio al homenajeado. Porque él no deseaba regalos personales. Y, claro, los invitados no se quedaron cortos y en una especie de hucha grande fueron echando billetes. Según el deseo del P. Jens, esos donativos irán destinados a la formación de los religiosos jóvenes africanos. Se nota que ha sido maestro de novicios y sigue en la tarea de formación.
Los asistentes a la fiesta eran un público muy plural: los padres de Jens, sus hermanos y familiares, amigos de su juventud, pedagogos y voluntarios, colaboradores y bienhechores, representantes de la iglesia y nosotros los religiosos amigonianos. Fue un encuentro festivo y familiar que vitalizó aún más la Familia Amigoniana.
Damos gracias a Dios que nos enriquece con muchas manos amigas dispuestas a colaborar de muy diversas formas para que nuestros niños y jóvenes tengan un futuro mejor. Y damos gracias a Dios por la vida de nuestro hermano Jens que, como él mismo confesó a uno de los diarios, “ha puesto su vida al servicio de la juventud”.
Para ver el álbum de fotos de la celebación, pinche aquí.
José Luis Gómez de Segura